
Es preciso aceptar que las conversaciones son un proceso clave para alcanzar los resultados, pero este empleo implica un profundo cambio de mentalidad con respectoa lo que estamos acostumbrados. Hay que ver las conversaciones como uno de los más valiosos recursos de la organización yno como actividades circunstanciales y vacías. Me refiero a las conversaciones de los líderes.
Hablar y actuar no son cosas diferentes. Hay que considerarlas como un todo integrado, en lugar de actividades separadas.
Quede ahí la idea.