Estimado lector (así, en genérico, que nos incluye a todas las personas, pues el uso del idioma tiene su base en la economía lingüística, pese a quien pese): te deseo un venturoso año 2007.
Y también se lo deseo a quienes tengan por norte el sur, pues ahí es donde más necesaria es la solidaridad.
Tengan ventura quienes inventen el undécimo mandamiento que debiera formularse algo así como: “Amarás a la naturaleza, de la que formas parte”.
Sean reconfortados con el bien, en este año electoral, los políticos que no crean que a los pobres les encanta comer promesas.
Buena ventura para todas aquellas personas que piensen distinto y que no por eso van a ser consideradas diferentes.
Próspero año para la imaginación, a ver si de una vez escala algún peldaño del poder.
Y que sea próspero muy especialmente, ¡que lo será!, para quienes logren componer su vida con otras actividades que no sean trabajar, dormir y ver la televisión.
Tengan el mejor de los años quienes logren mantener la memoria; no nos vale la memoria rota ni la memoria prohibida.
Feliz año para quienes sean capaces de desentrañar el enigma siguiente: “Si la tecnología de la comunicación está cada vez más desarrollada, ¿por qué la gente está cada vez más incomunicada y más sola?
Mis mejores deseos para todas las personas que no se han dejado engullir por el sistema y que siguen pensando que hay ciudades en lugar de aglomeraciones, que hay realidades y no publicidades, que hay personas y no público, que hay ciudadanos y no consumidores, y para aquellas que para elogiar una flor no dicen: “parece de plástico”.
Tengan un año estupendo los demagogos, los fundamentalistas, los ausentes de la realidad cuya prédica sólo sea escuchada por las arenas del desierto.
Y vayan a gozar al mismo desierto los machistas y los racistas, los vendedores de armas y los terroristas, los que creen que nacen para mandones y que otros nacen para mandados.
Venturoso año no para quien se quede en la voluntad de hacer algo bueno para su vecino, sino para quien haga de verdad algo bueno.
Y que sea especial y venturoso para quienes nos encontramos emocionalmente cada semana en el espacio de libertad de esta columna.
eso es menester
ResponderEliminareso es menester
ResponderEliminar... que sea también venturoso para los cumplidores del propuesto undécimo mandamiento sin imposiciones de decretos-ley. Y venturoso año para el bloggero que nos da pie, además de a leer, a reflexionar.
ResponderEliminarAntº R.
tambien es menester
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