viernes, 6 de octubre de 2006

LEER, PENSAR, HACER


Decía Albert Einstein que “Leer, después de cierta edad, distrae demasiado a la mente de su búsqueda creativa. Cualquier hombre que lea mucho y use su propio cerebro muy poco, caerá en perezosos hábitos de pensamiento". Vamos que no debemos predicar tanto sobre la lectura como mera distracción o goce y sí tenemos que hablar más de la lectura creativa y ponerla en relación con la comunicación y con la escritura. En suma. La lectura debe potenciar las ideas y éstas deben ser el motor que ponga en marcha las acciones, pues las ideas que no se potencian con acciones, nunca se vuelven más grandes que las células cerebrales que ocupan.
En este año electoral, sería muy conveniente que los dirigentes de las organizaciones políticas tuvieran en cuenta estos argumentos y que trataran de encontrar el equilibrio entre las personas de “lecturas”, las de “ideas” y las de “acción”, para confeccionar candidaturas. Esto me parece más razonable que las cuotas de género o de barrio y, desde luego, mucho más que el amiguismo o el nepotismo.
Hay que leer para saber, para tener criterios firmes, para comparar experiencias y, muy especialmente, para pensar; o mejor dicho, hay que leer pensando. Muchas personas piensan que están pensando, cuando lo que hacen es apenas reacomodar sus prejuicios. Sólo porque hay actividad mental en nuestras mentes, no significa que estamos pensando. Ni siquiera cuando estamos leyendo se puede decir que de verdad estemos pensando, pues muchas veces lo que estamos haciendo es evadirnos. Pensar es un acto de voluntad y la más alta función de la que un ser humano es capaz.
Adoro leer. Pero estoy convencido de que el mayor valor de leer no reside en la información, sino en lo que nosotros pensamos mientras leemos (¡por eso leer es tan importante!). El objetivo no es llenar nuestras mentes de información, sino estimular nuestra mente para pensar y ponderar. El valor del libro se multiplica en cada página si volvemos sobre lo que hemos leído y pensamos acerca de lo que significa.
La claridad es poder. Y la claridad proviene de pensar. El pensamiento se estimula con la lectura y se nutre de ella. Necesitamos pensar cuidadosamente sobre las opciones y dirección de nuestras vidas. Se trata de que cada uno hagamos de nuestra existencia algo mejor y de que “contaminemos” de esta mejoría a la sociedad.

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