miércoles, 4 de marzo de 2009

CRISIS O CULTURA


Creo que lo primero que se intenta arrumbar con la crisis es la cultura. Sí, es verdad que el mundo vive una profunda crisis financiera; no es menos verdad que la crisis tiene una tremenda dimensión psicológica y sociológica, de las que todavía no se habla lo suficiente. Pero habría que cargar las tintas en algunas causas evidentes de este presente convulso; y no es la menor la que afirma que la crisis se ha gestado en un amoral modelo socio-cultural, en el que valor y precio han llegado a confundirse, y donde lo virtual futurible fijaba el precio y el valor del presente; de este lodo se deduce que el futuro lo tenemos hipotecado y más negro que el carbón de hulla. Y quien empieza pagando todo es la cultura; no porque sea la hermana pobre de la familia sociológica, sino porque muchos piensan que la cultura es un bien suntuario perfectamente prescindible. Estamos ante un surrealismo racionalista atroz, pues se pisotea la cultura, mientras se blinda a los malos gestores, esencialmente económicos, -que son los que nos han llevado a esta situación de apoplejía del sistema-. Creo que las respuestas a la crisis han de venir desde la política y la economía, si es que una y otra logran salvar otra crisis morrocotuda, la de la credibilidad. Ahí es donde con este cerebro de renacuajo se me ocurre que es necesario un impulso social y cultural que proporcione vitalidad, genere dinamismo y cohesione a la sociedad. Hay que movilizarse, con alma, corazón y vida, hacia metas de valores éticos y morales alejados de los no-valores, la no-ética y la amoralidad sobre los que se han asentado los ídolos cuya latría nos ha llevado a esta insoportable levedad del ser que es la "caída del imperio romano" del mundo del dinero evanescente. El impulso innovador y potente del arte y la cultura quizá sea el remo que impulse el proceso de la recuperación económica. ¡Pero hay tan pocos que crean en la cultura y en el arte! Y no saben, además, que no hay nada más caro, y a la vez más pobre, que la incultura y la ignorancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mientras muchos de nuestros responsables políticos segan viendo la "cultura" como algo secundario frente a los intereses de "crear ciudad" mal iremos.