Título: Brokers. Idea original y dirección: Yllana. Dirección artística: David Ottone. Intérpretes: Fidel Fernández, Antonio Pagudo, Juan
Francisco Ramos y Luis Cao. Espacio
escénico: Carmen Toro Juanes. Escenografía
virtual: Jaime Munárriz y Esther
Berdión. Iluminación: Juanjo Llorens.
Yllana es garantía de
teatro lleno, sinónimo de risa, señal de buen trabajo, prenda de humor entre
crítico e irónico y seguro de éxito, como hemos podido comprobar en el teatro
de Rojas de Toledo.
Brokers es una creación, que ya
tiene su tiempo y no pierde por ello actualidad, con todos los ingredientes propios de la
“factoría” Yllana ampliamente experimentados. Teatro de la “no palabra” pero no
menos teatro. Este espectáculo, basado en un extraordinario trabajo del gesto
insinuante y de la mímica efectiva, que se complementa con la presencia de
efectos especiales visuales y la música, pretende contar una historia de cuatro
“prisioneros” del becerro de oro (dinero), sus fortunas y adversidades. Parodia
pura del universo absurdo que nos rodea.
Que en un mundo en crisis económica se
ridiculice el entramado financiero es casi una necesidad social, una catarsis.
Cuando la “bolsa” suena, todo es risa y ventolera; cuando la “bolsa” se
derrumba, se palpa el sarcasmo de la exclusión social. En este ir y venir se
mueve Brokers, saltando de gag en
gag, como quien juega a una rayuela, para poner en solfa la achulada vida sin
fuste de esas altas esferas que el modelo social y económico de la oculta clase
dominante nos ha vendido como el culmen del éxito. Me encanta la sátira y la
caricatura hiperbólica que se pone de manifiesto con el dibujo escénico de
personajes obsesionados por el pádel como distintivo del estatus, los
smartphones, la droga yuppy, la espiritualidad más “cool”, el casino y el
juego, el simbólico ladrillo o la corrupción, y todas esas monerías de los
pijos con posibles. La carcajada no impide que el poso crítico quede ahí, en el
subconsciente colectivo.
Brokers es una pieza de
relojería en donde el tempo del humor lo ensambla todo y el rubí de lo
mímico-gestual se engarza y refuerza con los sonidos que contribuyen a acentuar
la comicidad. Risas y sonrisas. Reflexión y asombro en clave de comedia (aunque
detrás de todo esté este trágico sistema económico que nos corroe las entrañas
sociales). Sucesión de sketch que no pierden el ritmo y equilibrio de la
representación. Esto es teatro y hora y media de “pasárselo bien”.
Lope de Vega, que es
el primer teórico de la escena moderna, dijo que el teatro "consiste en dos
actores, una manta y una pasión". Esto es Yllana y esto es también Brokers, pero con cuatro actores, Fidel Fernández, Antonio Pagudo, Juan
Francisco Ramos y Luis Cao, en
una impecable interpretación coral, cada uno con sus clichés, sus tópicos
repetidos, y todos con sus guiños, incluida la actualidad, para poner en pie
una fauna de personajes reconocibles.
La sobria, eficiente y efectiva escenografía me
recuerda aún más la citada “manta” de Lope, en la que se recrean distintos
ambientes con los sonidos adecuados y la luminotecnia oportuna. Y logrando la
unidad del conjunto está el director artístico David Ottone, un líder necesario para un trabajo complejo, en el que
hay que hay que tener la precisión de un relojero suizo.
El público toledano, que agotó la taquilla, ha
disfrutado y reído a mandíbula batiente, lo que es muy de agradecer en estos
tiempos de desencanto decadente. Y el teatro de Rojas, que lleva una temporada
triunfal, se ha apuntado un tanto más en esta carrera de obstáculos que hoy es
la cultura.
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