viernes, 29 de enero de 2010

DESEO 4

Estar. Ser. Vivir.
Emoción, sentimiento, deseo.
¿Quién dijo miedo?
Palabra, al fin.
Acaso todo
cabe
en la mirada.

viernes, 8 de enero de 2010

¡OPTIMISTAS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!


¡Optimistas de todos los países, uníos!

Muchas veces ¡ay! los avatares de la vida- estamos tentados de pensar, o pensamos, que todo se acabó, que todos los horizontes se cerraron, que ya no existe ninguna salida y que todas las esperanzas son inútiles. Tenemos la impresión de estar atrapados en una ratonera de la que es imposible escapar. A veces, nuestro coraje puede fallar y hay quien llega a tomar lamentables decisiones.
El comportamiento pesimista se manifiesta a menudo en la queja constante y cotidiana y sobre todo en la oscuridad de los pensamientos, lo que se deja traslucir en el gesto, en el lenguaje y las relaciones con las personas.
Con ese pesimismo morboso e irracional a veces pareciera que nuestra vida nunca es la que nos gustaría vivir y sentimos que "no tenemos la culpa" de ello. Responsabilizamos de todo lo que nos pasa a las circunstancias, a la época que nos toca vivir, a los otros, a la mala suerte, etc...
El optimismo, en cambio, vence al desaliento y al abandono que traban la personalidad, entorpecen las relaciones y enturbian la vida. Podemos estar emocionalmente tristes ante algo, pero no irracionalmente desesperados.
Por eso ante la realidad, tenemos que ser capaces de “accionar” (no de reaccionar).
Ante una situación de crisis, que también en casa del optimista hay situaciones que no son positivas, debemos pensar y decirnos:
- La situación no es tan terrible como la presentan nuestros pensamientos pesimistas. Hasta las más sombrías nubes tiene sus zonas de luz.
- Quedan aún en nosotros energías inexploradas. “Mientras hay vida, hay esperanza”, dice con sano juicio el proverbio.
- Los acontecimientos y personas cambian muchas veces de manera imprevisible.
Por tanto, el optimismo es el estímulo positivo para la vida y para el trabajo, da vigor para la lucha y ofrece luz para las densas tinieblas que se demoran en una "victoria momentánea".
Hay que vivir para reír, de veras. A veces nos cuesta reír o consideramos que la risa no es un factor importante. En nuestra vida... ¿qué espacio hay para la risa? ¿Y para la diversión? No me refiero a la diversión de los fines de semana sino a la buena actitud que, por ejemplo, podemos tener en nuestro lugar de trabajo, o en nuestra casa, mientras realizamos las tareas cotidianas.
En la vida hay:
- Personas que hacen que las cosas "sucedan".
- Otras que ven cómo suceden las cosas.
- Hay quienes se preguntan ¿qué pasó?
- Y muchas que ni se enteraron que algo sucedió...
Está demostrado que el optimismo en el lugar de trabajo:
- Fortalece las relaciones y diluye las barreras de la comunicación.
- Crea un espacio de colaboración.
- Aumenta la productividad, permitiéndole a la gente disfrutar más con lo que hace.
- Favorece la creatividad.
- Disminuye el estrés ocasionado por el trabajo.
- Y permite aprender del error.
¡Ah! pero el optimismo no tiene que ver con la ausencia de problemas, sino con la habilidad para encararlos positivamente y salir adelante con ellos, sin olvidarnos lo que realmente es importante.
En ningún momento se puede deducir que el pensamiento optimista lleva a la pasividad, a la inercia, a que nada nos mueva para mejorar la situación. Una actitud optimista es la que nos permite percibir que las cosas no están bien, pero saber que podrán mejorar y hacer algo al respecto.
(El comportamiento pesimista, en cambio, nos lleva esperar lo peor, a ver delante de nosotros sólo abismos y tinieblas. Todo parece estar mal y no hay nada que se pueda hacer para que mejore).
El comportamiento optimista, si nota que hay tormenta, que el mar está agitado y que el barco puede zozobrar (valgan las metáforas), encuentra siempre motivos para continuar luchando, y, generalmente, nos lleva a lograr el éxito.
Por eso, deduzco que si hay alguien que desee modificar el mundo para que éste sea mejor (y esto va para los líderes, además de para la vida de cada uno de nosotros), debe primero ¡CREER! que el mundo puede ser mejorado. Y esto... es una cuestión de optimismo! Así que: ¡OPTIMISTAS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!