viernes, 28 de mayo de 2010

LEER SENTIR HACER

Todo el conocimiento, todas las palabras escritas por siglos de filosofía nos están diciendo, antes que nada: en este mundo dejas una huella. El pensamiento es vivencia, no sólo discurso. La pasión por una vida mejor es el destino ideal de lo dicho y escrito por siglos y siglos.
Cuando leemos una frase y nos surge odio, rabia, amor, sueños, esperanza, o solidaridad, allí se manifiesta lo auténticamente humano en nosotros. Una frase, una única frase es capaz de despertarnos vergüenza, preocupación o culpa. ¿No nos pasa acaso que leemos algo y "nos dan ganas de..".? ¿No sentimos que habría inmediatamente que hacer algo? Incluso llegamos a preguntarnos: ¿pero cómo? ¿nadie vio esto antes? Seguramente sí, pero este es nuestro momento: las palabras están frente a nosotros esperando ser escuchadas y transformadas en acciones.
Leemos, sentimos, hacemos. Ese es el camino que recorremos -desde nuestro papel de lectores/espectadores- hacia nuestra responsabilidad como miembros de una sociedad que nos necesita. Si todas estas lecturas y lecciones no nos permiten ver que no somos solamente simples lectores y que somos más que observadores de este mundo, de nada sirven.
Los célebres pensamientos que vemos en un papel están vivos, reclaman una acción, no son lejanos, nos están diciendo: ¡Esto pasa a tu alrededor, haz algo!

miércoles, 19 de mayo de 2010

NI DIOSES NI NADA

¿Qué fue de los dioses tronantes
que tuvimos en la infancia?
¿Qué fue del dios de la utopía
que nos creció entre las barbas
mientras redactábamos panfletos
con gritos que decían: disolución
de los cuerpos represivos?
¿Qué se hizo del dios del amor y de los besos
que habitó entre nosotros
en los bancos de los parques?
¿Dónde se esconde el dios
que aseguraba que otro mundo era posible,
el dios en quien creímos firmemente?
Aquellos dioses se fueron con los años,
¡no serían muy dioses!, y dejaron un tintineo
de cascabeles roncos. Sin embargo, la nada
no es posible. Hoy me transporto
con lo que queda de un ¡ay! de Camarón,
un son celeste de Compay o con un solo,
un tango muy sentido, de Javier.
(De Autobigrafía del presente)