sábado, 25 de julio de 2009

LOS MELANCÓLICOS

Por su extraordinario interés, copio én este espacio la columna de La Rana, publicada en el número de la revista AQUÍ de del 24 de julio. ¡Es estupendo!


"Estando de raneo, me encontré con un amigo, gran batracio del Tajo toledano, rana talentosa, cabalista, nigromante, poeta de largo aliento, astrólogo, polemista autor de libelos y, en cierto modo, negro. No me extrañó el gesto taciturno y la color cetrina, tan propia de anfibios inteligentes. Sin embargo, le había sobrevenido una preocupación por lo que llamó "estado de melancolía". Pese a que me estimo su aprendiz, aprendiz, por tanto, de mago, o mágico aprendiz, me permití apostillar que la melancolía no es estado, sino condición natural, no aprendida sino prendida del êthos, del carácter, o, como se dice ahora, del talante. "La melancolía en el talante es indicio de talento", dije. Como me estima, sobrellevó mi pedantería y me prestó oídos. Yo, que ya había cogido carrerilla, expliqué que el término castellano melancolía procede del griego melankholía, que es un nombre compuesto del adjetivo melaina (mélas-aina-an), "negro-a", y del sustantivo kholê, "bilis". Significa, por tanto, literalmente "bilis negra". En Homero se aplica el adjetivo mélas-aina-an a la sangre, al vino, al agua del mar y, de modo metafórico, a la muerte. Como forma sustantivada mélan significó "tinta". Se ciñe, pues, la etimología a la vena de mi amigo, cuyo oficio y mala leche le sirven para escandir hermosos versos, prosas satíricas y censorias que despiertan urticarias y obras de escribidor. Como le parecieron estas razones cumplidas, intentando vencer su hipocondría, añadí que, superada la melancolía como afección patológica tal como figura en el Corpus Hippocraticum, fue Aristóteles (más bien el Pseudo Aristóteles) el primero que ligó la melancolía a la genialidad de los creadores: "¿Por qué todos los hombres geniales en filosofía, política, poesía o en las artes son melancólicos, y algunos hasta tal punto que son afectados por enfermedades que se derivan de la bilis negra?" (Problêmata, XXX, 1). De todo ello, coligió mi amigo que la melancolía es bendición, pues permite decir y escribir bien, y que, entre los melancólicos, están los que se dan al vino o a la tinta, y que este era su destino en tanto que, para vencer la sequedad de humores que produce la tristeza moderada y -ante la falta de agua limpia en el Tajo, que, a este paso, se nos muere- para mojar el carácter, bien valen la tinta y el vino. Y, dicho esto, tomó la pluma –con perdón– y se puso al tajo".

jueves, 23 de julio de 2009

SEAMOS MÁS LISTOS QUE LOS ELEFANTES

Sabemos que los elefantes en la India se usan para distintas labores. Pero... ¿qué hacen con ellos cuando no están trabajando? ¿Cómo los controlan? Sus dueños, tuvieron la idea de educarlos, de "programarlos" mientras eran muy jóvenes, imponiéndoles límites voluntarios de pensamiento... Sí, los elefantes piensan. ¿Cómo lo hacen? Cuando los elefantes son todavía muy pequeños y pesan alrededor de 100 kilos, los atan con una soga muy pesada. Durante días, intentan librarse de ella: gimen, tiran, se arrastran y algunos inclusive intenta masticarla. Pero no pueden liberarse. Finalmente, los elefantes se rinden y la lucha termina...
Esto puede parecer una tortura animal, una práctica abominable. Sin embargo, podemos acar una lección para nosotros, los humanos pensantes. Es aquí donde se vuelve interesante para nosotros... A partir de que el elefante toma la decisión de rendirse, interioriza un pensamiento, una creencia: los elefantes comienzan a creer firmemente que no existe ninguna posibilidad de librarse de la cuerda. Aceptan el "hecho" de que la cuerda los limite, dan "poder" a la cuerda y así, con esa creencia incorporada, sus propietarios pueden atarlos con cuerdas extremadamente pequeñas. Más tarde, ya siendo adultos y pesando 3 toneladas o más, nunca intentan liberarse... ¡porque "saben" que no existe posibilidad alguna de librarse de la cuerda! Como se puede ver, los límites de los elefantes no son reales, sólo existen en sus mentes. Los ata el pensamiento, la creencia, no la cuerda.
Eso nos pasa a nosotros muchas veces. De igual manera que los elelefantes, nosotros nos programamos imponiéndonos límites que tampoco son reales, sino que sólo existen en nuestras mentes. Con esas creencias negativas, con esos límites internos, somos incapaces de:
- Vvivir nuestras vidas a pleno.
- Tener más éxito.
- Fijar y alcanzar metas más altas.
- Ganar 10 veces más dinero que ahora.
- Declarar nuestro amor a alguien.
- Crear un negocio de éxito.
- Conseguir la promoción y aumento de sueldo .
- Cumplir nuestros verdaderos sueños y deseos.
- etc, etc, etc...

Nuestras creencias negativas no tienen que limitarnos para siempre. Si deseamos verdaderamente transformarnos, hay que abrir la mente y no hay que engañarse con creencias que nos atan, como el elefante. No nos debe aprisionar la actitud y los límites internos. Poseemos esa fuerza interior, ese poder personal que nos permite cambiar todo en nuestra vida para mejor. Recuerdemos que, así como nosotros somos quienes damos poder a nuestras propias "cuerdas"; también somos quienes podemos quitárselo. Hay que intentárlo sin redirse nunca. Vamos, que no debemos actira como los elefantes.

ANGUSTITIS DE VERANO


El calor del verano, la sudorina, la luna, las noches de blanco en blanco ylos días de turbio en turbio me mponen las neuronas rarillas. Aquí dejo un pensmiento de esos de veranillo inquieto.

Todo concluye al fin, todo tiene un final... sin embargo, nuestra reticencia a aceptar los finales de todas las cosas nos provoca una sensación de frustración e inquietud y esa es la causa de gran parte de nuestros sufrimientos.

Anhelamos la permanencia, tanto de las cosas como de nosotros mismos, y por eso nos convertimos en esclavos de estos deseos que nunca se pueden satisfacer porque todo está en un estado de flujo continuo y nada permanece igual a través del tiempo.

¿Cómo podríamos revisar nuestros deseos, y ajustarlos a este principio universal tan evidente pero tan dificil de aceptar?

jueves, 2 de julio de 2009

LA ORGANIZACIÓN MODERNA PLANIFICA EL CAMBIO

La sociedad, la comunidad y la familia son instituciones conservadoras: tratan de mantener la estabilidad e impedir, o por lo menos frenar, el cambio.
La organización moderna es desestabilizadora: tiene que estar organizada para la innovación y el cambio.
La organización moderna es "destrucción creativa". Y tiene que estar organizada para el abandono sistemático de todo lo establecido, lo acostumbrado, lo familiar, lo cómodo (tanto si se trata de un producto, un servicio, un procedimiento, un conjunto de conocimientos, de las relaciones humanas y sociales, como de la organización misma. La organización moderna tiene que estar organizada para un cambio constante.
La función de toda organización es "hacer producir el saber": en herramientas, en productos y procedimientos, en la concepción del trabajo o en el mismo saber. Por su propia naturaleza, el saber cambia rápido y las certezas de hoy siempre se convierten en los absurdos de mañana.
En las organizaciones modernas, es sensato dar por supuesto que quien tenga algún tipo de conocimientos tendrá que ponerlos al día cada cierto tiempo, si no quiere quedar desfasado.
Para los directivos, la dinámica del saber impone un claro imperativo: cada organización tiene que incorporar la gestión del cambio a su misma estructura. Por un lado, esto significa que -cada pocos años- la organización tiene que prepararse para abandonar cualquier cosa que haga y los directivos tienen que aprender a preguntarse lo siguiente, respecto de cada proceso, cada producto, cada procedimiento, cada política, etc... "Si no estuviéramos haciendo esto ya... ¿empezaríamos a hacerlo ahora, sabiendo lo que sabemos?" Si la respuesta fuera no, la organización tendría que preguntarse: "Entonces, ¿qué hacemos ahora?" Y tiene que hacer algo, no únicamente limitarse a decir: "Elaboremos otro estudio".
En consecuencia con estas reflexiones, las organizaciones tendrán que planificar "el abandono" (de un producto, una política o una práctica que funcionan), en lugar de tratar de prolongarla todo lo posible.