jueves, 23 de julio de 2009

ANGUSTITIS DE VERANO


El calor del verano, la sudorina, la luna, las noches de blanco en blanco ylos días de turbio en turbio me mponen las neuronas rarillas. Aquí dejo un pensmiento de esos de veranillo inquieto.

Todo concluye al fin, todo tiene un final... sin embargo, nuestra reticencia a aceptar los finales de todas las cosas nos provoca una sensación de frustración e inquietud y esa es la causa de gran parte de nuestros sufrimientos.

Anhelamos la permanencia, tanto de las cosas como de nosotros mismos, y por eso nos convertimos en esclavos de estos deseos que nunca se pueden satisfacer porque todo está en un estado de flujo continuo y nada permanece igual a través del tiempo.

¿Cómo podríamos revisar nuestros deseos, y ajustarlos a este principio universal tan evidente pero tan dificil de aceptar?

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