jueves, 29 de diciembre de 2005

¡FELIZ AÑO 2006!

Venturoso y feliz año nuevo a todas las personas que despiertan en el 2006 sin la resaca de la culpa, llenas de una vida en la que la pasión sobrepasa a la omisión y el gozo teje luces donde la amargura acostumbra a bordar telas de araña.
Feliz año a quienes no ocultan sus afectos ni arrancan de sí las fuentes de donde emanan transparencias y no miran a los que les son cercanos como extraños pasajeros de un viaje sin parada, playas u horizontes.
Que sea nuevo el año para quienes nunca maldicen y contienen la propia lengua, economizan palabras y siembran fragancias en las veredas de los sentimientos. Sea un año hermoso para quienes aúnan fuerzas para mantener enhiesta la bandera de la libertad de expresión. Y sea también feliz para quienes no caen en el abismo de la envidia ni se pierden en oscuridades donde el pavor es apenas el eco de sus propios temores.
Venga renovador el año para los ebrios de poder que nunca tropiezan en impertinencias, para quien no conspiran contra la vida ajena y para quienes no se ostentan en el gallinero de la propia vanidad y saltan con el niño que los habita.
Que vivan el mejor de los tiempos quienes coleccionan utopías, hacen de sus manos arado y riegan con su propia sangre las semillas que cultivan.
La mayor de las venturas a los que traen consigo la casa del silencio y ofrecen en los balcones de su vida chocolate caliente con sonrisas de sabiduría. Hermoso año para los sonámbulos que hacen equilibrios en hilos que unen los corazones y para quienes rebuscan luces en las esquinas de la noche.
Un año nuevo muy feliz para todas las personas que juramos secuestrar los vicios con los que cargamos y no estamos dispuestas a pagar el rescate de la dependencia. El futuro nos encontrará delgados por comer menos, sanos por fumar oxígeno y solidarios por compartir dones y bienes.
Venturoso y feliz 2006 para nuestro país, que es España, y nuestra madre tierra, Castilla-La Mancha, para que sin terremotos, sin violencias ni sequías tengan la mejor vida de libertad solidaria.
¡¡¡VENTUROSO Y FELIZ AÑO PARA TI, LECTOR DE ESTE BLOG, PARA TODAS LAS PERSONAS QUE TÚ QUIERAS Y PARA TODAS LAS QUE TE QUIERAN!!!

miércoles, 21 de diciembre de 2005

¡FELICES PASCUAS!


Paz! ¡paz!, se oye en la penumbra que iluminan las estrellas y tras las ventanas, donde los amantes beben besos en silencio, y en las llanuras, donde el viento hace ondear las espigas y los pájaros imaginan mares verdes o dorados, y en los valles, donde la bruma se mece y susurra sus cantos la oropéndola, y en las hogueras, donde nunca se queman las oraciones ni sufre tormento la esperanza, y en el mar del aire, donde los cauces de nieve lloran de alegría lágrimas que se deshacen en la mano. Sin embargo algún dolor se escapa (ese dolor, no me preguntéis cuál, que nunca se contempla en el espejo), y se diluye poco a poco, poco a poco, como lo hace el eco, y se va perdiendo, perdiendo, quedando, perdiendo, quedando en lánguido lamento. (El lamento recuerda que fue grito, no hablo del grito cavernario, pues también encuentro música en el grito). No sorprenda que en el aire permanezca, peregrino, el consuelo, (en la memoria del aire) y en el infinito horizonte del deseo.
¡Paz! ¡paz!, es la melodía que se multiplica en el espacio, todo lo que alienta la repite, la repican los pasos de los gatos sobre los tejados, el aullido de los lobos, el runrunear de las abejas, el sostenido canto de los delfines y el agua de los torrentes que lame las riberas. (Y el hombre, ¿qué grita el hombre? ¿qué canta el hombre cuando calla? No me digáis que brama el hombre o es alarido el manantial que libera su contienda). Un frío intenso cruza los rostros, como un nombre que nunca pudiera olvidarse, pero hay residuos de ternura -hagamos permanente llamada al optimismo- que crecen y espejos que reflejan la belleza. Hay paisajes en los que la soledad es compañía y su sosiego invita a alzar la voz y a arroparse en el esplendor de la sonrisa.
¡Paz! ¡paz!, entonan los ángeles que huyen como soplos, como secretos testigos del alma de los pueblos. Mas no hay que temer alaridos, cánticos o voces, (¿quién habla de asustarse?) porque hay niños que acunan sus muñecas con suspiros y crean mundos, (rompamos la rigidez de los dilemas) mientras fingen o sienten en invierno, primavera.
¡Felices y pacíficas Pascuas a todas las personas de buena voluntad, con especial cariño a las que leéis este blog. ¡Felices Pascuas!

viernes, 16 de diciembre de 2005

TIEMPO DE REGALOS

Estos tiempos que coinciden con el final de año, con la fiestas de Navidad nos llaman a la reflexión y a la celebración, pero también es cuando hay costumbre recordar, saludar, felicitar... y regalar.
Diferentes culturas comparten el pensamiento de que los regalos son una parte importante de nuestra experiencia humana. Desde un punto de vista antropológico, podemos decir que regalar es un acto social que tiene el valor de "generar y mantener relaciones". Cada interacción con otra persona es un intercambio: la cuestión es diferenciar si el intercambio es egoísta o altruista.
Aquellas personas que realizan intercambios altruistas suman relaciones y expanden su universo... y el de los demás, dejando un mundo más interconectado, colaborativo y generoso del que encontraron. Por el contrario, aquellas que sólo regalan sirviendo a sus intereses, "extraen" sus beneficios de los demás... produciendo escasez.
Para aprender a regalar, primero debemos modificar un paradigma que tenemos muy arraigado: regalar es comprar. Definitivamente, hace falta un proceso de adquisición para obtener un presente. Pero regalar es más que comprar... es comunicar. Preguntarnos ¿qué puedo regalar? es preguntarnos ¿qué quiero decir? y - a la vez- ¿qué quisiera "escuchar" de mí la otra persona?
Regalar no es hacer una compra, sino hacer un esfuerzo... Recuerdo una historieta a acerca de una maestra que trabajaba en un pequeño pueblo de una isla. En una playa - bastante alejada del pueblo- se encontraban enormes caracolas de preciosos colores. Un día, un alumno le regaló una de esas caracolas. La maestra estaba emocionada, pero preocupada le dijo a su alumno que no debería haberse alejado tanto del pueblo. A lo que el estudiante replicó "Pero maestra, mi caminata era parte del regalo".
Cuando regalemos o cuando nos regalen debemos tener en cuenta que es el gesto, la acción, y no el objeto, lo que importa. Lo más importante es el esfuerzo que realizamos al darle algo a alguien. Dicho con otras palabras, el regalo no es el precio sino lo que de nosotros hay en él. Lo determinante en el acto de regalar no es el dinero gastado, el tamaño, el envoltorio, ni la marca. Mucho más importante es la sensibilidad que invertimos. El valor es el significado que damos a algo y no su costo. Y ese significado se encuentra en nuestro corazón, en nuestra alma... y no en nuestro bolsillo.

miércoles, 7 de diciembre de 2005

TRES SONETOS A LA MÚSICA

MÚSICA ODISEA
Emoción de caminos invisibles
surcando, como Ulises, anchos mares
inmensos de aventuras y avatares,
que iza la vida a cielos más sensibles...

Gozo de libertad sin imposibles
que con bravura alcanza los lugares
de las islas que ahuyentan los pesares,
donde resuenan notas apacibles.

El silencio se tiñe de armonía.
Sobre los céfiros blandos ondea
con leve cadencia la melodía.

La música es la sangre que bombea
el corazón azul de la alegría.
La música es el fin de la odisea.


MÚSICA VIDA

Quiero hablarte. Si me hablas no te entiendo.
No es la armónica lengua cielo abierto.
La música sí es orden y concierto
que nuestra vida vive consintiendo.

La flor, como la nota, consumiendo
su preciso tiempo, deja cubierto
el aire con suave aroma incierto.
Mas la nota la estamos compartiendo.

La orquesta no nos duele en la cabeza.
Pues tú ya no eres tú y la alegre herida
de la risa nos une en la belleza.

Y yo ya no soy yo. La voz dormida
al universo grita su certeza:
las música nos sopla y nos da vida.


MÚSICA AZUL

No me duele el aire ni la tristeza
me duele. Ni me duele la aventura
de galopar de noche en la llanura.
La música me llena de certeza.

La armonía de la naturaleza
inunda con su luz la noche oscura
y acompasa los sueños con dulzura.
La música es la paz y la belleza.

Es del día la vibración sonora
la música real de las esferas,
que nos eleva con su melodía.

Pasión vital que canta, grita y llora
sorteando el pincel de las fronteras.
Nuestra música azul es la alegría.

Estos tres sonetos de Antonio Illán conforman las palabras que sustentan una composición musical de Jorge Badolato estrenada en el teatro Monumental de Madrid por la orquesta ODISSEA en el memorable concierto que tuvo lugar el día 3 de diciembre de 2005, bajo la dirección de Alex Shnieper y la supervisión de Nga Vu Thi.


LA CONSTITUCIÓN


La Constitución es algo tan aséptico que se define (RAE) como la Ley fundamental de un Estado que define el régimen básico de los derechos y libertades de los ciudadanos y los poderes e instituciones de la organización política.
En una sociedad de personas educadas, libres e inteligentes me parece un contrasentido que se esté utilizando el concepto de Constitución como cachiporra sentimental para mandoblear a diestra y siniestra. La Constitución es algo más serio, más relevante, más objetivo y más racional que un sentimiento. Reducir la Constitución a una emoción –a favor o en contra- es sembrar la semilla de la cizaña. Tan poco hacen estas posiciones por su defensa como las actitudes de aquellos que no quieren verla porque el árbol de su intransigencia y de su interés les impide ver el bosque de la solidaridad y la convivencia de un pueblo rico y diverso como es España.
Estos día en los que en todas partes se hacen homenajes, recuerdos, loas y celebraciones alrededor de la consensuada Constitución del 78, debiera tener todo el mundo la conciencia de que hay mucha formas con las que podemos aprender y enseñar maneras de abordar las diferencias y que la meta de nuestra Constitución no es otra que la de ayudar a crear una cultura cooperativa, una auténtica cultura de la tolerancia, la convivencia, la solidaridad y la justicia
Estos días de tanto mensaje cruzado, los que debieran dar ejemplo con sus actitudes y sus discursos debieran tener en cuenta que con sus actos y sus palabras no sólo pueden transmitir sentimientos, ideas o información, sino que también pueden cumplir la función social de “construir comunidad”.
Si la Constitución es la norma común que nos ampara, sería necesario que se superasen algunos determinismos de la razón, la conciencia, el libre albedrío, la imaginación, la educación, las fronteras o los ideales y se estableciesen acuerdos para vivir en paz, en vez de para pelear con el arma de la intransigencia y los dogmas. Las personas educadas, libres e inteligentes somos capaces de solucionar nuestros asuntos por otros medios que no son el garrotazo; pero tenemos que saber que la decisión está en cada uno de nosotros... y la responsabilidad también.
Este artículo se publica en la Revista AQUÍ

viernes, 2 de diciembre de 2005

OTRA DE LOES


Un amigo mío de cuyo nombre no quiero acordarme me dice que valora la palabra de labios sinceros, una mano tendida en el momento certero, oídos que escuchan sin prisa y sin pausa y un hombro donde apoyar la vida cuando la bajada es cuesta arriba. Pero también me dice, ¡oh! prosaico amigo, que la LOE no le gusta ni con retoques ni sin retoques, que le gustaba más la LOCE. ¿Te has leído alguna? –le pregunto-. Me dice que no, que no hace falta. Ahí te pillé, tunante, –le digo-. Tu dices que no te gusta por decir que no, como los del partido popular, por no apearte del burro. Un tercero que está en la cháchara, que tiene un punto de moderación que ya de chico parecía que había nacido con barba, tercia diciendo que la LOE, con los retoques de última hora –maquillaje, según unos, y bajada de pantalones, según otros- se parece tanto a la LOCE como una gota de agua a otra gota de agua. Pues, la verdad, puede que tenga razón, y como sigan aprobando enmiendas de ese jaez, el único distintivo que va a quedar en la LOE como divisa es el de la Religión sin asignatura alternativa.
Yo les digo que, al menos en Educación, las leyes no importa mucho que sean jurídicamente buenas o malas, pues quienes, en último término, las van a hacer buenas o malas son los profesores en sus aulas enseñando a los alumnos, las familias en sus casas exigiendo esfuerzo y haciendo trabajar a sus hijos, la Administración ofreciendo recursos –entre otras cosas- y, por supuesto, los propios alumnos si están por la labor del estudio.
Ellos me dicen que estoy en el limbo. Claro que yo me guardo una carta en la manga como defensa y les respondo: pues lo lleváis claro, porque acaba de decir el Papa que el limbo no existe. ¡Estupendo!, eso es estupendo –me dicen- para la Educación, pues si el limbo no existe, no habrá alumnos que estén en ese ameno lugar de distracción y acabaremos con el fracaso escolar, ¡viva el Papa por cargarse el limbo! Y vengan ¡Pisas! a corroborar nuestro éxito.
En mi escuela éramos cincuenta y tantos, había un solo maestro. Aprendíamos solidariamente mucho. No sé que leyes habría, pero todos salimos adelante con mucho más que las cuatro reglas y sabiendo leer y escribir correctamente.