martes, 31 de octubre de 2006

¡PALABRA DE LARRA!

“Palabras del derecho, palabras del revés, palabras simples, palabras dobles, palabras contrahechas, palabras mudas, palabras elocuentes, palabras-monstruos. Es el mundo. Donde veas un hombre, acostúmbrate a no ver más que una palabra. No hay otra cosa. No precisamente a palabra por barba; tampoco. Despacio. A veces en uno verás muchas palabras, tantas, que aquel solo te parecerá cien hombres; en cambio, otras veces, y será lo más común, donde creas ver cien mil hombres, no habrá más que una sola palabra.
Mira las palabras de dos caras, palabras-bifrontes, Janos; son las palabras de honor, llamadas así por apodo; según te necesiten las verás del bueno o del mal frente. A su lado, las palabras-promesas, palabras-manifiestos [palabras mancas], regularmente coronadas, siempre escuchadas y creídas, pero tan ambiláteras como las otras; palabras-callos, endurecidas, incorregibles, que han de arrancarse de raíz si han de dejar de doler.
Mira qué de furiosos; teas encendidas, sangre, saqueo, confusión; todo ese ruido son nueve letras: fanatismo, palabra-loco de atar; sin embargo, nadie la ata.
¡Ah! Aquí viene la palabra-arlequín, la palabra-camaleón. ¡Qué de faces, qué soltura! Todos corren tras ella, inútilmente. Mira cómo la quiere coger la palabra-pueblo, gran palabra. La primera tiene ocho letras, libertad. Siempre que el pueblo va a cogerla, se mete entre las dos la palabra-promesa, la palabra-manifiesto; pero la palabra-pueblo es de las que llamé palabras-contrahechas; ciega, sordomuda, se deja guiar e interpretar, sin hacer más que dar de cuando en cuando palo de ciego; como no ve, da ciento en la herradura y ninguna en el clavo; por lo regular se da a sí misma”.
Esto lo escribía Mariano José de Larra en la Revista Mensajero, el 9 de agosto de 1835. También decía que “Plutarco ha dicho que los pueblos serían felices cum reges philosopharentur, aut cum philosophi regnarent. Respetando la opinión de Plutarco, yo me atrevería a decir que los pueblos no serán nunca felices ni más ni menos que los individuos que los componen: Pero pudieran al menos ser hombres y ser pueblos si no fueran en el día cuasi-nada. Luchando entre principios contrarios, sufren el tormento del que descuartizan cuatro caballos que corren en direcciones opuestas”.
Le he pedido prestado a Larra este puñado de palabras para reivindicarlo y para recomendar su lectura, es mucho más actual, más lógico, más comprometido, más natural y más moderno que la inmensa mayoría de los que hoy en día juntamos cuasi-palabras para, en muchas ocasiones, no decir nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Eres un Larra! No te hagas de menos. Escribes de lujo, con pensamiento, como debe ser, para enseñar algo a quien te lee. Sigue así o mejorando, si puedes.
Álvaro.