domingo, 11 de abril de 2010

LAS "MONDAS" DE TALAVERA

Estuve en La Mondas, en la calle, a pie de pueblo. Me gustó el colorido de la procesión laica. Cuando se sincretiza con lo religioso en El Prado, ya es otra cosa. Un poco de agilidad mejoraría mucho este variopinto mundo en el que se mezcla todo, lo mítico de las ofrendas florales de las festividades de la Primavera, lo ecuestre ¡qué no sé de donde viene!, los carneros de Gamonal -sin duda el símbolo mejor conservado-, las relaciones de hermandad de una comarca con el efecto solidario de sus alcaldes, que se hermanan en un simbólico intercambio de bastones. Creo que sería más fiesta y más auténtica si se simplifcase, si mantuviera su esencia, en vez de aumentar y aumentar elementos en el desfile que son ajenos al corazón de Las Mondas. A veces uno no sabe si es desfile de Carnaval o procesión religiosa. No es ni lo uno ni lo otro. Pero al final el "prado" no es una explosión de la Primavera, sino el protagonismo de una Iglesia. Así que lo que antes era Naturaleza ahora tiene que ser cuestión de fe. Los narradores están más pendientes de la retórica antediluviana que de la exaltación de la fiesta. Las Mondas terminan por ser algo inexplicable. Si se quiere recuperar lo ancestral, pues habrá que mantener su esencia. ¿Qué les parecería a los talaveranos si al lienzo de muralla que les queda le "sincretizaran" una pared de un "Moneo" cualquiera? Habría quien pondría el grito en el cielo. Y, sin embargo, esos mismos comulgan con las ruedas de molino de unas "Mondas" digamos que "raras". Otra cosa que me reservo es el cierre procesional, en el que se hizo evidente el bipartidismo y la toma de distancias entre unos y otros. ¡Hasta un espacio bien visible dejaron los del PP para no mezclarse con el resto procesional que iba delante! Eso ya no es "Monda", es simplemente "la monda". Además este cortejo de cierre no vestía de pueblo, tenía otro color y otro pelaje, iban "de sastre caro"; eso también marcaba singularidad, además de que no parecía que fueran en la procesión de Las Mondas, sino que estuvieran haciendo el paseíllo o la vuelta al ruedo en una plaza, pues todo se les volvía saludar y mirar al tendido con una forzada sonrisa de oreaja a oreja, solo les faltaba el puro; lo dicho, pues, "la monda"; como vengan estos son capaces de sustituir a los carneros de Gamonal por dos Ferraris o por dos caballos jerezanos de alta escuela. A mí lo que de verdad me gustó fue el colorido del pueblo, su naturalidad y los ramos de flores y verde que exaltan la primavera, es decir, las Mondas Mondas.

2 comentarios:

Antonio del Camino dijo...

Pues, en esencia, totalmente de acuerdo.

Un abrazo.

Enrique M. de la Casa dijo...

En Talavera hay casi 5.000 rumanos y casi 2.000 marroquíes. La mayoría de los rumanos son ortodoxos y la mayoría de los marroquíes, musulmanes. ¿Cómo integramos lo multirreligioso en este Trento de voz campanuda? Pues saliendo del cirio y haciendo pueblo popular. Digo yo.