jueves, 15 de diciembre de 2011

Todo es imagen

Todo es imagen. Somos imagen. ¿Cómo somos? ¿Cómo nos vemos? ¿Cómo pretendemos quenos vean? ¿Cómo nos ven? Quizá loimportante sea lo último: ¿cómo nos ven?.
Es verdad que hemos oído muchas veces que "todo es imagen" -de ahí la fuerza de la impostura tambien-. Pero... ¿qué entendemos con este argumento? Para muchos, la imagen es una enorme fuerza de seducción que hay que aprovechar. Así, cuidan de cada detalle y se centran en la apariencia. Les preocupa "cómo se ven las cosas". En la política, en la propaganda, o en una entrevista de trabajo e incluso en un acercamiento personal a una persona que nos gusta, la imagen, lo primero que entra por los sentidos, es esencial o eso parece.
Sin embargo, no hay que olvidarse de que lo importante casi siempre no es la "cosa que la mira", sino la actitud, las emociones, las circunstancias, los prejuicios y el contexto de quien la ve, de quien mira. No solemos pensar en esto y sin embargo es esencial. Ahí está el dilema. Si no tenemos "control" sobre quien mira, ya no importa tanto preguntarnos ¿qué imagen estamos dando? sino más bien ¿qué imagen tienen de nosotros? O, si cambiamos el punto de vista... "¿vemos lo mismo que nos muestran?". Un ejemplo evidente en la política actual es lo que está pasando con el PSOE. Las personas - con su actitud, emociones, circunstancias, prejuicios y contexto, están viendo una imagen que nada tienen que ver con la que el PSOE se afana por trasmitir, pero el PSOE no tien control sobre quien mira, poque quien se ha apropiado de esos medios de control ha sido el PP.
Todo es imagen, sí. Porque aún lo que -en apariencia- no mostramos, termina haciéndose "visible" a los ojos del observador... de muchas formas. Y esa "superposición de imágenes", determina finalmente nuestra coherencia y nuestra confiabilidad.