viernes, 16 de marzo de 2007

¡VIVA EL AMOR!

Es primavera. Nadie promete amor en los programas electorales. Recordemos que el amor existe. Es algo más que un juego y, desde luego, mucho más interesante que las polémicas sobre terrorismo y demás yerbas. A amar se aprende. Sí. El amor es un arte que necesita un aprendizaje. La mayoría supone que no hay nada que aprender sobre el amor por: considerar que el amor consiste en ser amado y no en amar, valorarlo como una mezcla de popularidad y sex-appeal, creer que amar es fácil y lo difícil es encontrar a quien nos ame, suponer que el problema del amor surge de un sentimiento y no de una facultad, y la confusión entre la sensación inicial del "enamorarse" y el permanecer enamorado cuando se pierde el halo de misterio inicial.
Asociamos el amor con una sensación placentera; sin embargo, el amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo. El amor no sólo es recibir, es más bien dar, cuidar, respetar y conocer, y todo esto implica responsabilidad.
Como cualquier arte, el amor requiere disciplina, concentración, paciencia y ser consciente de que un arte no se aprende de golpe.
Es necesario tener la paciencia necesaria para la quietud y el disfrute verdadero, disciplina como una práctica fruto de nuestra propia voluntad, y concentración, es decir, saber estar sólo con uno mismo, sin hacer nada más que eso, siendo una condición indispensable para la capacidad de amar. Y esta concentración pasa inevitablemente por saber escuchar, que no es lo mismo que oír. Estar concentrado significa vivir plenamente en el presente. Hay que pensar continuamente en uno mismo y sensibilizarse ante los demás. Es fácil ser sensible ante los procesos corporales o tangibles, pero no lo es tanto para los mentales y emocionales.
Las cualidades para el amor son, en primer lugar, superar el propio narcisismo, adquirir una visión lo más objetiva posible del mundo exterior utilizando la propia razón en una actitud de humildad. Así, el amor requiere humildad, objetividad y razón. La objetividad y la razón representan la mitad del camino hacia el dominio del arte de amar.
Una última condición necesaria para amar es la actividad, ser activo tanto en el pensamiento como en el sentimiento. Sólo el amor hace posible el conocimiento.

A amar se aprende amando: no pierdas el tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amor, lo que se dice amor, es el que toma cuerpo, lo demás es retórica.