jueves, 12 de febrero de 2009

CENTENARIO DE DARWIN

Mi abuela decía que a Dios no le había visto nadie, pero que una mano poderosa sí que tenía que haber. Mi abuela no sabía leer ni escribir. En eso, el mundo de mi familia, al menos, ha evolucionado. Yo creo que mi madre, que aprendió sola, tuvo mucho que ver en esta evolución. Ni mi madre ni mi abuela conocieron a Darwin. Hoy conmemoramos sus doscientos años. La verdad es que sin él la ciencia no sería lo que es, incluso la cosmovisión de mucha gente y muchas otras cosas de las que nos dan cuenta los periódicos.

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