martes, 22 de diciembre de 2009

ES NAVIDAD


Es Navidad. Tenemos belén o árbol. Nos reunimos con la familia. Compramos regalos a los niños. ¿Por qué? ¿De dónde vienen estas tradiciones?
La conmemoración del nacimiento de Jesús, la fiesta más universal de occidente durante mucho tiempo, antes de "paganizarse con puro espíritu comercial", se celebró por primera vez el 25 de diciembre de 336 en Roma. Hasta el siglo V, la Iglesia de Oriente siguió conmemorando el nacimiento y el bautismo del niño Dios de los cristianos el 6 de enero. El nombre "Navidad", proviene del latín nativitas, "nacimiento", "generación".
En siglos posteriores, las diócesis orientales fueron adoptando el 25 de diciembre para la Navidad y reservando el 6 de enero para recordar el bautismo de Cristo, con excepción de la Iglesia armenia, que hasta hoy conmemora la Navidad en esa fecha de enero.
¿Por qué se eligió el 25 de diciembre para celebrar la fiesta navideña? Lo más probable es que los cristianos de aquella época se propusieron reemplazar con la Navidad la fiesta pagana conocida como "natalis solis invicti" (festival del nacimiento del sol invicto), que correspondía al solsticio de invierno en el hemisferio norte.
Una vez que la Iglesia oriental instituyó el 25 de diciembre para la Navidad, el bautismo de Jesús empezó a festejarse en Oriente el 6 de enero, pero en Roma esa fecha fue escogida para celebrar la llegada a Belén de los Reyes Magos, con sus ofrendas de oro, incienso y mirra.
A lo largo de los siglos, las costumbres tradicionales vinculadas a la Navidad se desarrollaron a partir de múltiples fuentes. En esas tradiciones, tuvo considerable influencia el hecho de que la celebración coincidiera con las fechas de antiquísimos ritos paganos de origen agrícola que tenían lugar al comienzo del invierno.
Así, la Navidad acogió elementos de la tradición latina de la Saturnalia, una fiesta de regocijo e intercambio de regalos, que los romanos celebraban el 17 de diciembre en homenaje a Saturno.
No olvidemos que el 25 de diciembre era también la fiesta del dios persa de la luz, Mitra, respetado por Diocleciano, y que había inspirado a griegos y romanos a adorar a Febo y a Apolo.
En el Año Nuevo, los romanos decoraban sus casas con luces y hojas de vegetales, y daban regalos a los niños y a los pobres en un clima que hoy llamaríamos "navideño" y, a pesar de que el año romano comenzaba en marzo, estas costumbres también fueron incorporadas a la festividad cristiana.
Por otra parte, con la llegada de los invasores germánicos a la Galia, a Inglaterra y a Europa Central, ritos germánicos se mezclaron con las costumbres celtas y fueron adoptados en parte por los cristianos, con lo que la Navidad se tornó desde muy temprano en una fiesta de comida y bebida abundante, con fuegos, luces y árboles decorados. Añadamos laos Sata Claus, los Papá Noel, los renos... y estaremos en la actualidad.
La Navidad que celebramos hoy es, pues, el producto de un milenario crisol en el que antiguas tradiciones griegas y romanas se conjugaron con rituales célticos, germánicos y con liturgias ignotas de misteriosas religiones orientales.

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