viernes, 25 de junio de 2010

LIDERAZGO SIN ERRORES

Un buen líder, con conciencia positiva de líder, con visión de líder y con actitud de servicio a las personas no debe distorsionar el liderazgo con errores que lleven a considerarlo un apersona soberbia, dictadora o cacique.

Un buen líder no debe cometer los siguientes errores:
a) No aprovechar las inercias.
Un líder efectivo, para incrementar su liderazgo, debe aprender a "subirse a la ola" y aprovechar el impulso de las inercias sociales positivas. Hay que ponerse a la cabeza de las “manifas”, siempre que sean positivas y bien argumentadas. No hay que perder la fuerza impulsora de la inercia de los buenos momentos propios o ajenos. Sé que en estos casos funcionan reacciones personales contrapuestas: el deseo natural de "tener control" y el miedo a perderlo. Ponerse al frente y aprovechar la inercia no quiere decir “controlar” una situación ya de por sí positiva. Si en vez de aprovechar la sinergia, queremos aplicar el control, frenamos el flujo de aquello que está sucediendo y las energías sociales se pueden volver en contra.
b) Vanagloriarse de los privilegios del liderazgo
Es indudable que el liderazgo supone privilegios. Hay que verlo como algo natural. Sin embargo, hay personas que no resisten el éxito de otras, aunque sea evidente su esfuerzo y su trabajo. Por esto, el líder reflexivo debe ser cauto y no exponer sus privilegios, ya que podría provocar una ruptura entre sus seguidores y comprometer su habilidad para liderar.
c) No formar equipos de personas expertas, inteligentes y leales
Un gran líder siempre debe trabajar con personas que aporten, que sean mejores que él muchos aspectos. Un líder no tiene que ser una enciclopedia ni tiene que ser el que tenga el argumento y la razón de todas las cosas. Los malos líderes piensan al formar sus equipos: "Si contrato a esta persona me traerá problemas, se dará cuenta de todos mis errores y, además, hasta podría robarme el puesto". Un buen líder, en cambio, piensa lo contrario, pues sabe que si se rodea de los mejores, crecerán juntos como equipo y él seguirá siendo el líder con más autoridad, porque los buenos equipos también son elementos muy reconocidos por los seguidores. Las personas aprecian mucho y respetan la habilidad de contratar -y liderar- un equipo de talento. En cambio desprecian a los líderes que solo se rodean de inútiles.
d) No tener una persona, una “mano derecha” que le complemente
Un líder tradicional, para poder sentirse cómodo, posee un "segundo al mando" que le complementa. Un gran líder, necesita "una mano derecha" que pueda realizar todo lo que él no puede, o para llevara a cabo aquellas acciones que él no debe comprometer, pero que son necesarias. Esta mano derecha tiene que ser una persona que le complemente, tanto en su estilo como en sus habilidades. La pareja paradigmática es el ejemplo de González y Guerra.
e) No delegar el poder
Craso error el del líder que no sabe delegar con confianza. Un líder tradicional quiere hacer cuanto pueda, para ser visto como "un gran trabajador", incluso porque el liderazgo le va convirtiendo en un dictadorzuelo. Pero un gran líder no es un díos, aunque algunos llegan a creérselo. Un gran líder sabe que debe delegar en las facultades de otros, para que hagan el trabajo y tomen las decisiones, si desea que la organización crezca. Un gran líder debe enseñar a liderar a los que le rodean, aunque esto implique algunos fallos. Multiplicar el liderazgo con confianza y lealtad supone llevar las organizaciones a objetivos más importantes.
f) No ser capaz de tomar duras decisiones
El liderazgo es una suma de decisiones. A veces hay que tomar decisiones de razón que no van a ser comprendidas por muchas emociones. Pero esa capacidad de actuar en los momentos difíciles es lo que define al gran líder. Los grandes líderes comprenden que -ciertas veces- deben tomar duras decisiones por el bien de la organización ¡y las toman!
g) Tratar de no tener "bajas"
Esta quizás sea la mayor lección que un líder tiene que aprender. Un gran líder sabe que, a medida que la organización avance y cambie de terreno, habrá bajas. En la película "Gladiador" un oficial llega para advertirle a Maximus que las tropas no están totalmente listas para el combate. Maximus responde que la otra parte está a punto de moverse y, si ellos no lo hacen primero, perderán la batalla. El oficial comienza a decir "Las bajas serán demasiado grandes...", pero Maximus interrumpe y dice: "Las bajas serán aceptables".
Un gran líder no disfruta con las bajas, pero comprende que, sin duda, existirán y debe aceptarlas, -aunque a veces sea duro emocionalmente- como parte del proceso natural de cambio y movimiento de la organización.



Creo que todos podríamos anhelamos hoy aquella expresión sobre el Cid: ¡que buen caballero si hubiera buen señor!

1 comentario:

Enrique M. de la Casa dijo...

Libretas enteras podemos consumir escribiendo sobre lo que, sabiendo que no hay que hacer, se acaba haciendo porque el líder se encumbra, se recrea, se gusta, se besa, desprecia y fenece.