martes, 13 de julio de 2010

EL PULPO SE HIZO SALSA

Nunca creí que un pulpo fuera a convertirse en profeta y el fútbol en una religión sin dioses. Pero hay cosas que pasan. Hay balones que entran, espacios que se descubren y besos que se pierden en otras bocas. Puestos a gustar el mundial, creo que todos, los hombres al menos, sentimos envidia de Casillas, no por los balones que le van a los pies y salva in extremis del fracaso, sino por la ninfa del micrófono. Lo que ya me fue del todo insufrible e indicio de una sociedad patética fue lo de Escobar cantando el ¡Viva España! Pero fútbol es fútbol, que diría Boskov. Y esta sociedad no está para otras épicas, le sobra y le basta con la espuma y la evanescente visión de unos ases que se llevan cien millones bajo el brazo, mientras millones de NINI gritan envueltos en trapos de colores. Pero somos campeones y eso hay que celebrarlo, que ya la historia nos había pasado muchas vecs por el arco del triunfo de otros ganadores. ¡Aupa Roja! Y hágase un monumento al pulpo más grande de todos los tiempos.

1 comentario:

Antonio dijo...

Habría algunos cuantos NINIS como dices, pero también otros jóvenes (y no tan jóvenes) estudiantes o trabajadores, y en algunos casos ambas cosas a la vez, que se enfundaron ese trozo de tela rojo y amarillo (o gualda, como dirian algunos)y salieron a la calle. Por lo demás, de acuerdo con todo.

Generalizar nunca es bueno.

Un saludo.