sábado, 5 de enero de 2013

¡FELIZ 2013!


¡Feliz 2013! La realidad y el deseo. Miro al futuro. Es preciso sentir el deseo de mejorar. Nos han metido el pánico en el cuerpo social y en el vital y así no hay manera de ganar confianza. La realidad nos la pintaron para que sus colores nos cegaran, mientras la economía la iban royendo poco a poco como ratones, como hienas, como buitres, como avarientos insaciables. Pero no es posible permanecer amarrados a los miedos con los que la realidad nos ha vestido. Tenemos que quitarnos los harapos y desear; tras la voluntad y el deseo vendrá la acción. Nuestros miedos nos alejan de todo (de los otros, de la solidaridad, de la cooperación, del descubrimiento, de las emociones, de la voluntad...) y este círculo vicioso los transforma en pánico. No es fácil la alegría en estos tiempos, pero peor es que los embaucadores insaciables, los vampiros que se alimentan de sangre humana, nos destruyan la salud, la educación, el trabajo, los derechos, la vida…Tenemos que hacer un esfuerzo de autoestima personal y social y cantar con Benedetti: “Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserable de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolia de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardiacos de las endemias y las academias defender la alegría como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres defender la alegría como una certeza defenderla del óxido y la roña de la famosa pátina del tiempo del relente y del oportunismo de los proxenetas de la risa defender la alegría como un derecho defenderla de dios y del invierno de las mayúsculas y de la muerte de los apellidos y las lástimas del azar y también de la alegría”.
¡Próspero 2013! Si deseamos que sea próspero y creemos en nosotros mismos y en la nueva realidad que hay que crear de la semilla fecunda que somos en los surcos de la tierra. No creemos en quien nos estafa. Creemos en las personas, la que de verdad cuentan. “No es el crítico quien cuenta, ni el que señala con el dedo al hombre fuerte en el momento que tropieza, o el que indica en qué cuestiones el que hace las cosas hubiera podido hacerlas mejor. El mérito recae exclusivamente en el hombre que se halla en la arena, aquel cuyo rostro está manchado de polvo, sudor y sangre, el que lucha con valentía, el que se equivoca y  falla el golpe una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error y sin limitaciones. El que cuenta es el que de hecho lucha por llevar a cabo las acciones, el que conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones, el que agota sus fuerzas en defensa de una causa noble, el que, si tiene suerte, saborea el triunfo de los grandes logros, y si no la tiene y falla, fracasa al menos habiéndose atrevido al mayor riesgo, de modo que nunca ocupará el lugar reservado a esas almas frías y tímidas que ignoran tanto la victoria como la derrota”.
Nos tragaremos muchos sapos, pero vamos a desear que la realidad mejore, porque tras el deseo viene la acción. 
¡Feliz año Nuevo! ¡Feliz 2013!

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