miércoles, 19 de octubre de 2005

¡¡AMÉN!!


¡Qué cosas tiene la vida! Yo creía que andaba bien de cabeza y resulta que me he reencarnado. El del cigarro es mi amigo Dustiano, una enciclopedia viva de dichos y anécdotas. Los dos fuimos monaguillos antes que frailes. Compartimos mangas y estandartes, nos une la pasión de la amistad y el amor por Los Navalucillos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AMISTAD.
Joya valilosísima a la que quizá nunca consideramos su valor impagable.
Os felicito y me felicito de paso por vuestra AMISTAD