viernes, 9 de febrero de 2007

VALORES DE ACCIÓN DE UN LÍDER

Es un hecho que las grandes ciudades necesitan grandes líderes. Giuliani hizo de Nueva York una ciudad sin miedo al metro, Maragall llevó a Barcelona a lo que hoy es, una ciudad cosmopolita, Francisco Vázquez dotó a La Coruña de personalidad, Madrid, guste o no, tiene un alcalde que va a dejar huella. Toledo lleva levitando años, esperando su mágico prodigioso. Y en esas andamos, como Diógenes en el ágora con el candil, buscando el hombre.
Toledo, como gran ciudad que es, espera líder. Un líder de ciudad tiene que ser necesariamente no el “rey del ladrillo”, no el “encantador de serpientes”, no el señor de los discursos vacíos, sino el “líder de los valores”.
Los valores son formas de encarar el mundo, de comportamiento esencial, profundamente arraigados. Estos pueden tener muchos orígenes: la familia, la religión, la escuela, la gente que admiramos, la cultura… Muchos de estos valores se adquieren y se interiorizan durante el periodo infantil de las personas, y otros los adoptamos cuando somos adultos.
Los valores ciudadanos que debe representar un líder son esencialmente valores de persona adulta. Suele haber una diferencia entre los valores "declarados" (aquellos que proclamamos en público) y los "valores en acción" (los que realmente guían nuestra conducta). Alguna vez conviene pararse a pensar que no concuerdan los hechos con los discursos.
De los valores universales hablamos mucho: la solidaridad, la tolerancia, el respeto… pero sucede que se quedan en la retórica.
De los valores que rigen de verdad la conducta se habla menos; estos están tan integrados en nuestros "circuitos" menos conscientes ,que apenas reparamos en ellos. Rara vez los llevamos a la superficie para cuestionarlos. Por eso, crean disonancia. Y, por eso, el líder de una ciudad, más que de los valores universalmente asumidos, debe representar la bandera de la ética de los valores de la conducta ordinaria. Por ahí empiezan a crecer las ciudades con orden y concierto.
Toledo necesita un líder efectivo cuya gran contribución puede ser, y debe ser, aclarar el sistema de valores y darle aliento a la vida. Y sé que esto no es un gran proyecto que sorprenda, ni un tranvía, ni un palacio de congresos, ni un discurso bonito, pero estoy seguro de que sería un excelente pedestal para construir una ciudad social y humanamente habitable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pues si que necesita un lider si, porque lo que hay por ahora es una mierda de lider sin liderar nada.