Hace años que vengo leyendo y reflexionando sobre el asunto del liderazgo. Tengo cuadernos y cuadernos de anotaciones. Hay cuestiones obvias que no se tienen en cuenta y que la realidad demuestra que muchos líderes no siguen ¡y eso que se pierden!
La literatura sobre liderazgo habla, entre otros muchos de los siguientes puntos:
La literatura sobre liderazgo habla, entre otros muchos de los siguientes puntos:
El buen líder sabe rodearse de personas que a algunos –a los mediocres generalmente- les pueden parecer un desafío. Un gran líder siempre intenta trabajar con personas que son mejores que él y nunca piensa que estas personas les traerán problemas, pues lo que de verdad van a aportar son soluciones. Cuando un líder se rodea de personas con tanta o más preparación que él, todos crecerán juntos como equipo y el líder seguirá siendo el líder. Las personas apreciarán y respetarán su habilidad de contratar -y liderar- un equipo con talento.
El buen líder busca su mano derecha. Un líder tradicional, para poder sentirse cómodo, posee un "segundo al mando" que es como él, quiere una especie de “doble”. Un gran líder necesita una “mano derecha" que pueda realizar lo que él no puede, una persona que le complemente. Siempre se dijo que “cuatro ojos ven más que dos” y que "dos cabezas son mejores que una".
El buen líder sabe delegar el poder. Un líder tradicional quiere hacerlo todo él, para ser visto como "un gran trabajador". Un gran líder sabe que debe fiarse de otros, para que hagan el trabajo y tomen decisiones, si desea que la organización crezca. Un gran líder sabe dar confianza y enseñar a los demás a liderarse a sí mismos, aunque fallen en sus primeros intentos. ¡Esta es la manera de multiplicar el liderazgo, a través de toda la organización, para llevarla mucho más lejos! Los líderes que no animan a que crezcan otros liderazgos terminan llevando las organizaciones a su decadencia.
El buen líder es capaz de tomar duras decisiones. El liderazgo es una suma de decisiones. A pesar de querer ser sensibles a muchas cosas, los grandes líderes comprenden que -ciertas veces- deben tomar duras decisiones por el bien de la organización y las toman.
El buen líder trata de no tener bajas. Esta quizás sea la mayor lección que un líder puede aprender. Un gran líder sabe que, a medida que la organización avance, habrá bajas, habrá compañeros que se quemen. En la película "Gladiador", un oficial advierte a Maximus que las tropas no están totalmente listas para el combate. Maximus responde que la otra parte está punto de moverse y, si ellos no lo hacen primero, perderán la batalla. El oficial comienza a decir "Las bajas serán demasiado grandes...", pero Maximus interrumpe y en su lugar dice: "Las bajas serán aceptables". Un buen líder no busca ni disfruta con las bajas seguras que se tienen, sino que comprende que, sin duda, existen y que deben aceptarse, como parte del proceso natural de cambio y movimiento de la organización.
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