lunes, 19 de octubre de 2009

LA BODA DE MARIO Y ROSA


La boda es un rito social interesante. Nadie llora. La juventud ríe con la pulsión propia de la edad. Los mayores nos sentimos rejuvenecer. Echamos de menos a quienes nos están pero tenemos un recuerdo positivo. Así fue la de Mario y Rosa. Para mí tuvo un punto especialmente emocionante, en el que estuve a punto de caramelo y la emoción me la bebí en lagrimillas internas, fue cuando sonó la música de Brave Heart. Javier y Mario unidos en un sentimiento. Y yo con ellos dando un repaso a la vida, al cuento de Carlitos, las carreras, algunos entripados. Rosa y Mario estaban como varas de mimbre. La madrina como un brazo de mar en un atardecer fucsia y naranja. Y la luz de Sevilla, del campo sevillano, el albero, el cortijo...Una homilía extraordinaria, esa es la iglesia que engancha con el pueblo y no la de retórica hueca. Luego el cóctel. Tiempo para hablar unos con otros, para abrazar, para sonreír, para tomar un manzanilla estupendo y unos bocaditos excelentes. La cena, en la que tuve arte y parte en el diseño, abundante, demasiado abundante, vista hoy. El rape en ensalada con berros, ¡guay! La carne de retinto, superior. El postre de chocolate, angelical. Los convidados, en su justo equilibrio. Enhorabuena. Y mi corbata, oh mi corbata, ¡un monumento gongorino! ¡un poema floral! ¡una resurrección de la primavera cuando la de los rosados dedos acarica el horizonte!

4 comentarios:

Rosa Mary dijo...

Hola Antonio!
Muchas gracias por tu crónica de la boda.
Y lo mejor de todo, hacernos saber que compartiste con nostros la alegría y emoción del momento.

Para nosotros fue un día muy especial que recordaremos siempre.

Besos

Mario Illán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mario Illán dijo...

Querido Padre,

Muchas gracias por el comentario en tu famoso blog sobre nuestra boda.

Me alegro mucho de que sintieras algo especial durante la ceremonia y de que compartieras con nosotros ese día tan feliz.

Para mi ha significado mucho vuestra ayuda, la tuya y la de mamá.
Me siento muy agradecido a los dos, y ese día me pareció que me dábais el relevo generacional.
Así que ya sabéis cuál será el próximo paso...

Disfruté mucho el día de la boda de encontrar allí familiares y amigos.
Así que en todas las fotos salgo sonriente como el que más.

Sólo eché de menos, que en lugar de la corbata chillona, salieras con un numerito enseñando la camisa sicalíptica que atesoras en tu armario.

Un abrazo muy fuerte.
Te quiere, tu hijito.

Mario

Marquito dijo...

Realmente espectacular la corbata, Antonio, se la estaba enseñando a Maria jejeje!!!
Un abrazo y felicidades a Mario y Rosa.