miércoles, 3 de febrero de 2010

SAN BLAS. LA TORTILLA

Miércoles. 3 de febrero. San Blas. He comido tortilla, como cuando era chico. El día de San Blas no íbamos a la escuela. Una de nuestras madres nos hacía una tortilla y nos íbamos al campo a comerla; también llevábamos escabeche y naranjas. Éramos chicos y no hacía falta que nos acompañara nadie; entonces no había los miedos que ahora existen. No teníamos móviles. Había confianza. Salíamos de nuestras casas a media mañana y volvíamos a media tarde. Nunca pasaba nada. Todo era normal. Algunos años subíamos al Risco del Tambor y otros nos alargábamos hasta la Peña Hueca. Añoro la sencillez de aquel tiempo, la naturalidad de las relaciones, la amistad y la comunicación. San Blas también traía la cigüeña a la torre. Por san Blas la cigüeña verás. No recuerdo ningún "samblás" lluvioso. Sí guardo en la mente una postal del campo verde, el amarillo de la tortilla bien cuajada con huevos de las gallinas del corral, el escabeche del tío Pepe "lamaprillas" -creo que era jurel o caballa, pero no bonito-, las naranjas gordas de "guasi" y el tiempo sin reloj. No había órdenes, ni prohibiciones, ni castigos, ni premios, y crecimos listos, naturalemente listos; aprendimos a vivir sin miramientos y valorar que las cosas costaban esfuerzo. Eso nos dio alas. Es San Blas. Los amigos de entonces están por ahí, cada uno en algún sitio. El ayer es presente en mi tortilla.

6 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Antonio, este artículo tuyo rezuma nostalgia por los 360 grados.
Pero nostalgia buena; nostalgia blanca y bienintencionada. Nostalgias de sesentón.
Dices que en San Blas no había escuela, ¡claro! era aquella España de cartompiedra del nacionalcatolicismo. Había muchos días como éste. San Marcos el 25 de abril; San Antonio el 13 de junio; La Virgen del Carmen el 16 de julio; el Día de la Unificación el 19 de abril; el Día del Dolor el 20 de noviembre.
Dicen que dijo un día el poeta Jorge Manrique: ¡cuán presto se va el dolor!, cómo, (a nuestro parescer) cualquiera tiempo pasado fue mejor...
Pues creo que sí, que para los sesentones como yo, aquel tiempo pasado que cantas en tu artículo, fue mejor por la sencilla y sublime razón de que éramos jóvenes, chavales, niños.
¡Juventud, divino tesoro!

Saludos toledanos

Anónimo dijo...

Jo, que recuerdos. Juntos hemos vivido esas jornadas "tortilliles" que es dificil que vuelvan, desde luego con la misma edad no, seguro. No sé si recuerdas que en el año 97 del siglo pasado lo celebramos -la última vez que lo hemos hecho juntos- en compañía de los demás amigos en un paraje por los alrededores de Toledo cerca de la carretera de Bargas. Aniversario de tortilla, vino y gaseosa en cantimplora de plástico y dos cajetilla de "Alvaro", aquello paquetitos amarillos con una rueda de timón de barco pintado en el centro ¿te acuerdas?. Amigo Antonio, juntos hemos vivido muchos "samblases".

Antonio del Camino dijo...

Pues sí, sin haber vivido esos "samblases", me identifico con ese tiempo a campo abierto. Coincido con Don Jesús en cuanto a que la mejor razón para afirmar que aquel tiempo pasado fue mejor era por ser más jóvenes. Por cierto, un matiz a la cita de Manrique. Salvo error, o que lo venga a repetir en alguna otra estrofa que ahora mismo no recuerdo. el verso es "¡cuán presto se va el placer!", y seguía: "cómo después de acordado / da dolor./ Cómo a nuestro parecer / cualquiera tiempo pasado / fue mejor."

Un saludo a ambos.

Antonio Illán dijo...

Amigos:
Las citas son buenas. No me importa tanto la nostalgia como la naturalidad de aquella niñez en campo abierto y sin móviles y sin padres todo el día preocupados por lo que hacíamos. En mi pueblo no había guardia civil y en la escuela tuve al maestro de mi padre, que ahora me he enterado qeu tenía untinte republicano. Recuerdo que éramos muchos, pero muy solidarios; unos enseñábamos a otros y casi todos aprendieron. Luego pasó lo de siempre, que cada uno tiene que tirar por la senda de las propias circunstancias. Lo que veo es que ahora todo es menos natural y, si mi apuráis, menos libre. Con el menos libre no me refiero a un tiempo ideológico. Ese concepto de libertad con ideología lo luché ya en la Universidad, pero esa es otra época. No tengo nostalgia, tengo buenos recuerdos; recuerdos de sonrisa amplia y de mucho sol y un campo verde y, en medio, la tortill, el escabeche y las naranajas. A Proust le pasaba algo parecido con las magdalenas ?os acordáis?

Enrique M. de la Casa dijo...

"Guasi". Qué palabro. Qué remembranzas. Qué mayores.

Anónimo dijo...

Que cabrón se ha comido todos los bombones tu amigo Dunstano