jueves, 4 de octubre de 2012

RIP CULTURA RIP

Un país que no tiene en buena estima su cultura y el interés por conservarla, desarrollarla, innovarla y crearla es un país de burros. Este gobierno, tan amante de los toros ¡suma expresión de la esencia patria, a la par que negocio redondo para algunos! está dando el cachetillo a la cultura de verdad, esa de la que ni se ocupa ni le preocupa.  Están ciegos de economía y con la mente embotada por el placer de su dinero y las miserias de sus bancos “aladronados”, mientras dejan anegarse lo que debiera ser la principal fuente de vida de esta nación de naciones con un patrimonio infinito, en la que los creadores han surgido a lo largo de la historia como macollas. Pero el presupuesto cultural se derrumba o lo derrumban. Saben lo que hacen. Buscan la creación de la mediocridad, algo en lo que se viene trabajando ya desde antes de las crisis. La mediocridad es la gran aspiración nacional. Aquí el saber provoca recelo ¿Con quién quiere competir un país mediocre lleno de mediocres a los que educan socialmente para ser mediocres? España que debiera tener ya en el presente y, sin duda, en el futuro un enorme potencial industrial de riqueza y trabajo en el idioma, cercena el presupuesto del Instituto Cervantes y no hace nada para crear la infraestructura, que el mundo demanda a voz en grito, de esa industria blanca y no deslocalizable que es la Lengua. Horror. Y no hablemos de teatro, ni de música, ni de ninguna excelencia. Aquí solo quieren fanfarria y ruido. ¿Acaso no vale más el Museo del Prado que todos los ejércitos juntos? Estos mercachifles de la nada nos engañan diciendo que no nos preocupemos, que la cultura y la lengua de España van a seguir llegando a todos los rincones del planeta a través de las herramientas de la sociedad de la información. De las bibliotecas ni hablo, solo lloro. Ni un euro para libros. Cuando cayó el Imperio Romano siempre se trató de salvar la cultura; aquí, que lo que cae es un castillo de naipes, hay una infame intención de arrasarla. RIP, cultura, RIP. Da la sensación de que esta política no es coyuntural. Todo poder –y en especial todo lo mediocre- recela del saber. La mediocridad puede generar bullas y algaradas, pero solo las personas que saben y los conocimientos pueden poner en jaque al sistema y darle jaque mate si es preciso. Y encima el veintiuno por ciento de IVA. ¡Cráneos privilegiados! Pongo un ejemplo para que se note la diferencia entre unas sociedades y otras: en la misma semana en la que una nueva Ley de Educación en España se carga el Bachillerato Artístico y Musical, en Suiza aprobaban en referéndum, a partir de una iniciativa popular, con un aplastante 72,7 por ciento, una modificación constitucional para reforzar la formación musical en la educación básica. Dicha modificación prevé que el gobierno federal y los cantones hagan todo lo necesario para promover la formación musical de los niños y los jóvenes tanto en el colegio o como una actividad extraescolar. En España, en cambio, todos tan contentos porque la creatividad se arrincone. Y luego querrán que compitamos e innovemos, que imaginemos e inventemos. No todos somos iguales, ni los países ni los gobiernos que los dirigen. Y España hoy, y mi tierra manchega también, es un semillero de funestos gobernantes, que disponen a su antojo de nuestra bolsa, de nuestro hogar, de nuestra libertad y de nuestra vida, y también de esa cultura de todos que quieren enterrar en el olvido. Yo no creía en el mal sino como una figura retórica. Al ver lo que pasa con la cultura, hoy siento el mal terriblemente fundido con el aire que se respira.

Artículo publicado en noticiasdigital.es

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