miércoles, 26 de octubre de 2005

A VUELTAS CON LA LECTURA


Si yo tuviera que formar a los profesores y a los padres a propósito de la enseñanza y la animación a la lectura, no me andaría con zarandajas, pondría en sus manos tres libros, a saber: “Como una novela” y “ La pequeña vendedora de prosa”, de Daniel Pennac, y “La magia de la lectura”, de José Antonio Marina y María de la Válgoma. Les instaría a que leyesen estos libros con atención y que pusieran en común, unos y otros, sus sencillas conclusiones.

La lectura es la magia más poderosa y magnífica, capaz de transformar, de conmover, de procurar al hombre un renovado impulso hacia el conocimiento, en una aventura sin igual. Los de Pennac, para mi, son libros de cabecera. El más reciente de Marina y de la Válgoma, que acaba de ser publicado, también lo es ya. Los siete capítulos de este último resumen el evidente propósito pedagógico que atesoran sus páginas. Se parte de un hecho: "La magia de la lectura". Para a continuación ir adentrando al lector en una serie de confidencias e inquietudes. La meta es que los que están a nuestro alrededor avizoren los peligros que tiene la orilla de su existencia si no son capaces de leer con precisión su geografía. Y los libros son los mapas con los que debemos contar para no encallar en las peligrosas costas del desánimo o del tedio, en una vida sin alma, sin sueños, sin fantasía.

Los autores proclaman la necesidad de "una conspiración de los lectores", como parte de un todo más amplio en el gran universo de la educación. Que los niños vean leer a los padres y a los profesores (el ejemplo es fundamental), y que nadie pueda pensar que leer es una pérdida de tiempo, un desliz, un asunto poco práctico.

En este "tratado de magia" no hay conjuros vanos. Es, en definitiva, un tratado de amor. Porque eso es, en definitiva, la lectura: un progresivo enamoramiento. El hombre está hecho para amar, es decir, para ir deletreando los fonemas de los sentimientos. Por eso nos encanta escuchar historias, o recogernos en la intimidad de la lectura, en el regazo de su silencio. La lectura es como el amor, una manera de ser.

Razones para leer, la dificultad de leer, la magia del lenguaje, etc. Todo está aquí. Leed estos libros para aprender a enseñar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo y te agradezco lo bien expresado que está.
Espero que lean este artículo muchos padres, madres, profesores y profesoras. Lo importante es que en las familias y en las aulas la lectura se convierta en algo habitual, espontáneo y natural. Que los libros estén físicamente al alcance de la mano y después vendrán más cosas