Siento como el pálpito de las estrellas en un anoche tranquila, cuando miras al cielo y en la bóveda sólo se aprecian tus ojos multiplicados. Me conmueve el silencio que se altera por los claros cantos que surgen de la vida oculta en la oscuridad verde de la tierra. El universo, lo de arriba y lo de abajo, corre por mi vida como un caudaloso río tranquilo en el que pacientes pescadores me acarician desde la orilla. La sangre se me llena de flores que huelen a tu piel y tu primavera de aguas y jardines me acaricia la cara con la frescura que se alza de las manos.
Un silencio azul me toca las sienes con música de flautas, mientras escucho la levedad de la brisa que me roza la frente y me va deletreando tu nombre que me nombra con tu voz íntima que es canto y sueño.
Un silencio azul me toca las sienes con música de flautas, mientras escucho la levedad de la brisa que me roza la frente y me va deletreando tu nombre que me nombra con tu voz íntima que es canto y sueño.
Entonces, creo que estás presente, que bebo tu sonrisa con mis besos y un inmenso júbilo se extiende por las flores y las olas que ciñen el mundo con la luz, tu luz, amor.
1 comentario:
¡Eso es amor! y quien loprobó lo sabe.
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