Renovar significa hacer algo de nuevo, o volverlo a su primer estado. En el "arte de vivir", la renovación ocupa un lugar primordial porque renovarse es re-vivir. El re-encuentro con las cosas simples pero esenciales de la vida, como el contacto con la naturaleza, la contemplación de uno mismo, la re-valorización de nuestras relaciones personales o la re-atención de los sentimientos que envuelven nuestra vida, son actos de renovación.
La lectura reflexiva de buena literatura constituye una de las más económicas, poderosas y principales fuentes de renovación. Lo destacable de la buena literatura, es que es posible hallar en ella nuevos puntos de vista, captar otras vivencias, regularidades y temas. La buena literatura -aquella que refleja la experiencia humana en su amplia dimensión- nos motiva, nos inspira y activa cambios en nuestras vidas. Pasarla por alto, sin tratar de aprender de ella, implica un desinterés absurdo por un recurso valioso. Sumergirse regularmente en ella equivale a seguir un curso intensivo y permanente de renovación.
Esta Semana Santa, además de crecer espiritualmente, hay que seguri creciendo en lecturas renovadas.
2 comentarios:
La foto vale más que el artículo. Se lee con un golpe de vista. Preciosa.
La foto tiene lectura y la lectura foto. Muy bueno el conjunto.
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